(Texto original.-Natalia García)
Palacios, velos vaporosos, misticismo, sensualidad, genios y princesas….. Muy a menudo son estos conceptos los que nos vienen a la mente cuando pensamos en lo que se ha dado por llamar danza del vientre, bellydance o danza árabe: el “raks sharki” (literalmente.- danza oriental).
¿Cual es el origen de estas danzas misteriosas? La respuesta no es menos elusiva. Se considera la danza más antigua del mundo pero aun existe un gran debate sobre sus orígenes. Las razones de esta confusión son simples: la danza árabe es ciertamente muy antigua, además, se engloban en este nombre un enorme número de danzas folklóricas y populares provenientes de mas de veinte países del norte de África y medio oriente considerados como “Mundo Árabe” además de otros como Turquía e Irán.
Durante sus milenios de existencia, la danza en estos países ha cambiado, incorporando pasos y estilos de otros países, las migraciones y los viajes comerciales han contribuido a este cambio en la danza oriental.
El origen mas antiguo, ese que habla de las danzas de la fertilidad de la tierra y el éxito en el parto (de donde provendrían los movimientos del vientre) esta enterrado en las arenas de la historia, grabado en las pirámides y templos egipcios pero aun así, perdido para siempre, nadie sabe cómo eran en realidad estas danzas, podemos saber cómo son los instrumentos pero no cómo estaban afinados ni cómo era la música, por lo tanto, no tenemos forma de saber si lo que imaginamos ahora guarda algún parecido con lo que fue. Más aun, no podemos saber si la danza nació cerca de la piedra en la que se conservaron los grabados o si vino de más lejos, de otras civilizaciones.
Su función habría sido religiosa cuando las civilizaciones atribuían vida y muerte a la divinidad. Después fue parte de las costumbres populares, de una forma de entretenerse y formar lazos de comunidad.
En general la paternidad de la danza oriental tal como la conocemos en occidente se atribuye a Egipto y esto se debe a que esta antigua civilización fue y aun es la capital cultural del mundo árabe.
A principios del siglo XIX un gran número de artistas europeos viajaban a los exóticos países de África y medio oriente en busca de inspiración, aumentando la fascinación por las historias de palacios y poderosos mandatarios que escondían en sus fortalezas decenas y hasta cientos de hermosas mujeres de las que se sabia que cantaban y bailaban, probablemente para entretenerse a si mismas y porque la danza y la música son parte de la naturaleza humana.
Los extranjeros difícilmente tenían acceso a estos lugares prohibidos pero la imaginación era fértil y contribuyó a la creación de historias y pinturas en las que se plasmaba lo que los extranjeros suponían o desearían que fuera un harem y sus mujeres.
Las gawazee, bailarinas nómadas egipcias con espectáculos callejeros también aportaron su dosis de magia a este movimiento artístico que se llamó Orientalismo. Casualmente, por la misma época el gobierno egipcio prohibió a las gawazee en el Cairo y esta prohibición no hizo mas que intensificar la fascinación de los visitantes cuando lograban por fin admirar las exóticas danzas que incluían movimientos rítmicos de cadera y torso, cosa nunca vista en sus países de origen.
El mundo occidental conoció la danza árabe primero por la narrativa y el pincel de estos artistas pero la globalización ya daba asomos de imponerse, se organizaban "ferias mundiales" que reunían los más recientes avances en ciencia y tecnología y muestras de la cultura del mundo, artesanías y comida en ambientaciones que imitaban calles y barrios de lejanos territorios. Fue en una de estas ferias, la de 1893 en Chicago, que la danza árabe hizo su entrada dramática y triunfal en Estados Unidos con las artes de Fahreda Mahzar quien se conoció posteriormente como "Little Egypt". Su participación acaparó la atención del público y generó opiniones tanto a favor como en contra y también un fenómeno que no se ha detenido desde entonces en el que algunas mujeres buscaron aprender e imitar a las bailarinas de medio oriente aunque no siempre con resultados satisfactorios
En el año 1926, Badia Masabni, inauguró en El Cairo el Casino Opera, mas comúnmente llamado el Casino Badia, de sus escenarios salieron las estrellas de la pantalla grande de Egipto y fue en estos mismos escenarios donde la danza árabe cambio mas dramáticamente, se estilizó, ya no era un espectáculo callejero sino una forma de arte elaborada y elegante. Surge así el "estilo cabaret", el vestuario de dos piezas y las entradas dramáticas, las versiones coreografiadas de danzas populares e incluso se bailaron canciones clásicas de la famosísima cantante Oum Kulthum adorada por miles aun hoy en Egipto y en el mundo.
En la época de oro del cine egipcio se llevó a la pantalla el talento de grandes bailarinas como Samia Gamal, Tahiya Carioca, Naima Akef, Nagwa Fouad y Suhair Saki; Después, un talentoso bailarín y corógrafo, Mahmoud Reda, quien hasta hace poco impartía seminarios de danza alrededor del mundo, formó la Reda Trouppe, que llevó el folklore de Egipto a los teatros de muchos países.
La danza árabe saltaba fronteras todos los días interesando a miles de mujeres que empezaron a practicarla y a aportarle sus estilos particulares, muchas veces como manifestación de feminismo, acumulando mas cambios en su estructura, haciéndola distinta y personal.
Hacer un seguimiento de la danza oriental, y de su evolución en los distintos países a los que ha llegado es una labor titánica y nadie lo ha hecho aún, a decir verdad, quienes se han interesado en estudiar seriamente la historia de la danza mas antigua del mundo han sido bailarinas como Farida Fahmy, Maestra en Etnología de la Danza por la Universidad de California pero también primera bailarina de la Reda Trouppe por 25 años que ha escrito muchos ensayos sobre los estilos folklóricos y el raks sharki en general; otros como Wendy Bouenaventura, escritora del libro “The Serpent of the Nile” y Shokry Mohamed , maestro y coreógrafo egipcio y autor de varios libros como “La Danza Mágica del Vientre”, son ejemplo de quienes han escarbado en la historia de esta danza, en sus estilos y sus variantes y arrojan un poco de luz a través de la fantasía.
No hay danza de los 7 velos, es una interpretación de la historia babilonia de Ishtar y su viaje al inframundo. Las alas de Isis provienen de los espectáculos de Las Vegas, los sables, del trabajo de los Orientalistas quienes aseguraban haber visto exóticas bailarinas equilibrando espadas sobre sus cabezas, la danza con velos que ondean y hacen figuras cubriendo y descubriendo a la bailarina ha alcanzado su máximo desarrollo con las bailarinas de occidente.
Estos estilos “de fantasía” tienen su origen en la libertad que ofrece la danza árabe moderna a sus ejecutantes, las reglas son sencillas: se baila lo que se siente, las figuras son abstractas, los movimientos, segmentados o fluidos y distribuidos por todo el cuerpo, siempre deben ir acorde con la música, como si pudiera verse lo que se escucha. Eso es todo, pese a que la danza árabe tiene una técnica reconocible, los pasos pueden ser tan variados como interpretes hay, ni siquiera tienen nombres comunes en todos los países y estos suelen ser descriptivos: “ochos”, “golpe de cadera”, “vibración”… no hay edades limite, no hay altura, peso o formas de cuerpo requeridas. Los elementos que utiliza son igualmente variados, bastón y candelabro (provenientes del folklore egipcio), córtalos y pandero (al estilo de las Gawazee y de las danzas turcas), y también, por supuesto: velos (incluso dos), alas de Isis y abanicos de seda, sables, y velas en las manos, todos ellos incorporados recientemente a la danza principalmente en occidente de donde han salido también todos los estilos denominados “tribal fusión” que, aunque se consideran parte de la danza árabe, la han alterado al grado que pueden no usar música árabe sino balcánica o cualquier otra, usar vestuarios con botas de casquillo y movimientos tanto del raks sharki como de la danza hindú, el flamenco, el hawaiano o el hip hop escandalizando a los puristas. La danza árabe es interpretación y sentimiento, es una forma de arte y de expresión, no es moda, no es invento de nadie ni cuento de Las Mil y una Noches, la danza es una necesidad, cambiará y se adaptará como ha hecho por miles de años pero su función es la misma desde que se volvió secular: externar con el movimiento lo que nos da vida y nos inspira y para lo que no tenemos palabras lo suficientemente elocuentes. La danza árabe seguirá siendo parte de la imaginación, estará escondida en sus palacios, en la imaginación colectiva y en el gusto por moverse en grupo o solo, tal vez para que todos te vean, pero principalmente para ti mismo.