(Texto original.-Natalia García.)
Nació en Ismaleya, al noreste de Egipto el 22 de febrero de 1920. Su nombre fue Badaweya Mohamed Kareem Ali Sayed (otras fuentes dicen Badaweya Mohamed Kareem Al Nirani) . Era hija de una respetable familia que trató de impedir que bailara; tuvo muy serias peleas con sus hermanos al respecto pero Tahia siempre fue una mujer fuerte, individualista y subversiva que no gustaba de conformarse así que, finalmente, siendo aún adolescente, se fue de casa hacia el Cairo, ahí vivió con una antigua vecina de Ismaleya quien tenía un centro nocturno, pero nunca la dejo bailar ahí.
En cambio, Badia Masabni, bailarina y empresaria sirio-libanesa, decidió aceptarla en su “Casino Badia” (en realidad se llamaba Casino Opera) y una vez ahí fue rebautizada como Tahia Mohamed y empezó su sorprendente ascenso en el mundo de la danza, el cine y el teatro bajo las enseñanzas de Badia quien siempre la consideró su principal discípula.
Tras sus inicios como bailarina en el Casino Opera, Tahia se fue transformando en una artista cada vez mas completa: cantaba, recitaba, actuaba y por supuesto, bailaba. En cierto momento se hizo aficionada al "carioca", estilo de baile derivado de la samba que se estaba haciendo enormemente popular en Estados Unidos por las películas de Carmen Miranda. Tahia se volvió una experta en este estilo de baile lo que le provocó un nuevo cambio de nombre artístico: pasó de Tahia Mohamed a TAHIA CARIOCA, nombre con el que sería conocida en todo el mundo por el resto de su larga vida.
Sin embargo, el estilo de danza que la hizo famosa y un icono de la danza árabe mundial fue siempre delicado y complejo, con intrincados y precisos movimientos de cadera al más bello y puro estilo clásico egipcio en el que lo importante no es lo mucho que se desplaza la bailarina sino lo poco que lo hace. Tenía un control prodigioso y un ritmo envidiable; mantenía un estado de abstracción sonriente que le daba un aire de sensualidad distante e inasible. Fue un símbolo sexual de su época pero definitivamente nunca fue considerada algo distinto a una dama: respetable, inalcanzable y etérea. Una de sus admiradoras era la gran cantante Um Koulthum uno de los pilares de la música árabe y la voz mas reconocida de la música egipcia. Juntas se presentaron en la fiesta de bodas del rey Faruk en lo que fue el debut de Tahia en 1936. Koulthum, interrogada en una entrevista sobre qué espectáculo prefería ver dijo: “Carioca!.....una artista que puede cantar con su cuerpo”.
Tahia bailó en el Casino Badia y eventos públicos y privados hasta los años 60, después de eso siguió dedicándose a su carrera cinematográfica que había comenzado en los años 40. Fue una diosa de la pantalla grande con un impresionante archivo de más de 200 películas. En algunas solo bailaba una pieza y en otras tenía el papel protagónico como en “La Juventud de Una Mujer”, película que participó en el festival de Cannes en 1956.
En la pantalla y en la vida, era una mujer intrigante, carismática, elegante y de danza sublime. Edward Said, literato e intelectual Pelstino-americano quien escribió algunos de los más interesantes textos sobre Tahia, la consideraba una "almeh", que tradicionalmente eran mujeres cortesanas pero altamente educadas y conocedoras de muchas artes : danza, canto, declamación de poesía clásica, oratoria etc, mujeres que acompañaban y entretenían a los hombres de altos cargos políticos, legales y culturales. Efectivamente, Tahia se esforzaba constantemente en ser una mujer culta, de conversación inteligente (por cierto en 3 idiomas) y podía mantenerse a la altura en las muchas reuniones sociales y políticas a las que era invitada. Tenía sus propias ideas sobre la política de su país y del mundo, que al inicio de su carrera atravesaba por la segunda guerra mundial, y podía debatir inteligentemente sobre ellas con quien fuera necesario.
Era subversiva y de pensamiento progresista en muchos aspectos; se fue a la huelga para protestar en contra de cambios a las leyes del trabajo que consideraba que dañaban al gremio de actores. Habló abiertamente en contra de la monarquía (a pesar de ser una invitada casi constante a los eventos sociales del Rey Faruk a los que solo asistía si la invitación provenía de la Reina), apoyó activamente la Revolución y cuando esta triunfó, en 1952, pidió abiertamente el retorno a la democracia constitucional y fue miembro de la Liga por la Paz.
Vivió a través de la monarquía de Faruk y los gobiernos de Nasser, Sadat y Moubarak y salvo por el último, todos la mandaron a la cárcel al menos una vez por motivos políticos. Nunca estuvo en prisión por mucho tiempo y en una ocasión (encarcelada por 3 meses) hizo una huelga de hambre en la cárcel protestando contra un posible abuso físico.
Tahia se casó 14 veces, tal vez más; caía perdidamente enamorada de directores de cine, actores, músicos etc, hombres (mas jóvenes o mas viejos que ella) que eventualmente la traicionaban, robaban, despojaban .....en sus propias palabras todos “un lamentable montón de mal nacidos” sin embargo nunca rehusó la oportunidad de enamorarse de nuevo ni tampoco de hablar abiertamente de sus fracasos tal como hablaba abiertamente de casi todo. Nunca tuvo hijos.
Tahia Carioca siempre será recordada por la belleza de su danza, por su prolífica carrera cinematográfica y por su participación en la vida política y social de Egipto durante toda su vida pero sobretodo, por que con su partida, el 20 de septiembre de 1999 a la edad de 80 años, se perdió una de las figuras publicas mas fascinantes y multifacéticas de una era dorada de la cultura egipcia que nunca volverá.